jueves, 6 de agosto de 2015

Retro plasma



“Hoy tenemos a un invitado muy especial. Nos encontramos con el condenado Baigorria que hace cuatro años que está atravesado por el virus y por alguna extraña razón quiso exponer aquí, hoy, su historia. Un fuerte aplauso”. (No hay aplausos se escucha otro ruido aunque ese ruido significa aplauso). 
El programa tenía una escenografía precaria: dos sillas y una conductora típica, una cortina negra hacía de. 
[La cámara nunca enfocaba al condenado Baigorria, sólo mostraba lo que pasaba a su alrededor y lo que se veía, eran lo que sus ojos veían porque la cámara sabía qué estaba viendo él].
  [De él sólo se mostraban primeros planos desagradables, como su boca hinchada y dientes de brócoli o sus ojos hartos y tuertos]
“Hay dos cosas que no puedo ingerir y son las cosas que más me gustan, a saber, las cerezas y los masticables de frutilla” (me hacen sangrar la boca y el costado del ojo pero mi sobrino Esteban siempre me trae reservas a escondidas, luego me veo un asco y lo peor es creo que nadie lo nota) 
en la habitación se ve una montaña de botellas de paso de los toros vacías, una enfermera se resbala con una y cae al piso, pero lo ignora y sigue su rutina de suministro de pastillas a condenado por el culo]
“Un día comenzaron a caerse mis uñas y la ceborrea se hizo intensa 
 Me internaron en mi habitación y todavía no recuerdo si alguna vez me habré parado, es claro que no”.
La conductora comienza a hablar en mandarín y hace una pregunta, condenado, contesta: “francamente todo pasó muy rápido…Mi doctor, dios lo bendiga, dijo que no estaba en peligro” las enfermeras hablan con una voz que esconde la absolutización de la técnica por sobre la práctica. Se pelean porque nadie quiere cambiarlo. se resbalan en ceborrea cobriza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario